En concreto, la plataforma está pensada específicamente para ayudar a los usuarios a entender la relación que existe entre la conducta humana y el éxito de la desinformación. Para ello, se basa en un árbol pedagógico de decisión, es decir, un sistema que sugiere un recorrido al usuario a través del cual va aprendiendo en cada paso, a la vez que suministra en cada avance nuevas opciones para navegar. Esta estructura fomenta un aprendizaje personalizado y dinámico, basado en los mecanismos psicológicos que influyen en la difusión y creencia en la desinformación.
Este canal es el resultado de un proceso científico que combina enfoques cualitativos, teóricos y prácticos. Así, el equipo partió de la creación de un mapa conceptual sobre las variables que influyen en la creencia de noticias falsas, al que sumaron entrevistas focales horizontales con expertos y ciudadanos. En paralelo, desarrolló una revisión sistemática de la literatura para consolidar la base teórica.
Pensamiento crítico frente a los bulos
El estudio está apoyado por la Oficina de Ciencia Ciudadana de Andalucía, que coordina la Fundación Descubre-Consejería de Universidad, Investigación e Innovación y la Universidad Pablo de Olavide y pretende potenciar la utilización de esta metodología entre distintos agentes de la región.
La iniciativa ha implicado a 500 personas entre asociaciones de familias y vecinales, estudiantes universitarios y organizaciones no gubernamentales. Entre ellas, se encuentran la Asociación de Familias de La Oliva, el Colegio Público Fernán Caballero de Tiro de Línea, el IES Santo Domingo de El Puerto de Santa María y con la Coordinadora Andaluza de ONGD, grupos de estudiantes universitarios de diferentes centros de la Universidad de Sevilla como Psicología, Comunicación, Educación o Filología, entre otros.