Así, el alumnado ha puesto en práctica el método científico sobre el terreno de forma sistemática durante dos cursos y ha aplicado fórmulas matemáticas para analizar el ecosistema. Además, han utilizado material de laboratorio para la recogida de muestras y toma de datos. Entre las variables estudiadas se encuentran la temperatura del aire y del suelo, humedad del aire, materia orgánica en suelos, pH en suelos, cobertura vegetal, índices de biodiversidad, biovolumen de diferentes especies vegetales del ecosistema, entre otras.
El análisis estadístico de todos estos datos han permitido confirmar que el azufaifo genera un microclima de humedad y temperatura, produciendo masas arbustivas de gran volumen que proporcionan refugio y alimento a otras especies animales y vegetales. Constituye de esta forma una especie clave en el ecosistema que favorece la biodiversidad.
Conservar las playas
Por otro lado, los escolares se centraron en el análisis de residuos tanto del azufaifar como de la playa de El Alquián, cercana a su centro educativo. Dividieron esta zona en 4 parcelas de 20×50 metros cuadrados, equivalente a unas 7 pistas de tenis, y llevaron a cabo una recogida y recuento de residuos. Destacan que los más comunes eran botellas, residuos de pesca y bolsas.
A nivel microscópico, el alumnado aplicó métodos científicos para analizar microplásticos en muestras de suelo del azufaifar y arena de playa en las que hallaron fibras azules, negras, amarillas, verdes y transparentes. “Hemos detectado la presencia de microplásticos en todas las muestras tomadas en la playa, lo que evidencia una contaminación ambiental que no se percibe a simple vista”, explica la profesora del IES Alquián y coordinadora del proyecto María del Mar Bayo Montoya.
Proceso participativo
De este modo, el alumnado ha aplicado el método científico desde el inicio del proyecto hasta la comunicación de resultados. Este enfoque les ha permitido no solo adquirir conocimientos científicos, sino también desarrollar una conciencia crítica y activa frente a los problemas ambientales que afectan a su comunidad. Además, el 87 % de los escolares participante afirma comprender y valorar más el trabajo de los científicos, y el 82 % se siente ahora más comprometido con la protección del entorno natural.
‘Conociendo nuestro entorno’ se convierte así en un ejemplo de cómo la ciencia ciudadana puede transformar la educación, empoderar al alumnado y contribuir a la conservación del medioambiente a través de la acción local y el conocimiento compartido.
El proyecto está cofinanciado por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación, responsable de las políticas de investigación e innovación de Andalucía, de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología, de Fundación Ibercivis precursores del Observatorio de la Ciencia Ciudadana en España, el Instituto de Academias de Andalucía, la Consejería de Desarrollo Educativo y Formación Profesional, la Sociedad Andaluza para la Divulgación de la Ciencia y la ONCE Andalucía.
Más información en la página web https://fundaciondescubre.es/andalucia-ciencia-ciudadana/