15 Ago 2025
Noticias / Huelva

Un sistema basado en ciencia ciudadana relaciona las condiciones del mar en primavera con la llegada de medusas en verano

Investigadores de la Universidad de Huelva han utilizado miles de observaciones ciudadanas para cruzarlas con variables ambientales como la salinidad, la productividad del agua o la dirección de las corrientes. El análisis permitió generar mapas de probabilidad de presencia y detectar patrones que podrían ser útiles para desarrollar sistemas de alerta temprana en la costa andaluza.

Un equipo de investigación de la Universidad de Huelva ha combinado ciencia ciudadana y herramientas estadísticas avanzadas para demostrar que las condiciones del mar en primavera, especialmente en el mes de abril, influyen en la aparición de medusas durante el verano en la costa mediterránea de Andalucía.

Según recoge el estudio ‘Distribution modelling of jellyfish in Spanish coastal areas: An approach based on the maximum entropy principle’, publicado en la revista Ocean and Coastal Management, la variable más influyente en la proliferación de estos organismos fue la profundidad de la capa de mezcla en abril. Esta lámina de agua es la más expuesta a los efectos del viento, las mareas o los cambios de temperatura. Su estabilidad favorece el desarrollo del plancton, que sirve de alimento en las primeras fases de vida de las medusas, además de mejorar sus tasas de reproducción y supervivencia. 

Para llegar a estas conclusiones, los expertos utilizaron datos enviados voluntariamente por usuarios de Infomedusa, una aplicación gratuita impulsada por la Diputación de Málaga y desarrollada por la Fundación Aula del Mar Mediterráneo de Málaga en 2013. A través de ella, cualquier persona puede comunicar la presencia de estos ejemplares en alguna playa andaluza.

Es lo que se considera ciencia ciudadana no dirigida, ya que son los ciudadanos los que aportan información, que luego el equipo científico organiza. “Aunque los datos aportados por los ciudadanos son muy desestructurados, permiten cubrir una gran extensión de costa durante todo el verano, algo que sería prácticamente imposible con métodos tradicionales por su alto coste”, explica a la Fundación Descubre el investigador Jairo Castro, autor principal del estudio.

El investigador de la Universidad de Huelva Jairo Castro.

El trabajo da continuidad a una línea de investigación centrada en cómo los factores ambientales influyen en la presencia de medusas en el litoral andaluz. El objetivo es avanzar en el conocimiento de una población marina errante y poco estudiada, y sentar las bases para futuros sistemas de alerta temprana que ayuden a gestionar un fenómeno natural con impacto en el turismo y la salud pública.

¿Cómo se llevó a cabo el estudio?

El equipo de investigación procesó manualmente alrededor de 9.500 comentarios publicados en el foro de Infomedusa durante 2019, clasificándolos en tres categorías: presencia, ausencia o sin datos relevantes. Solo unos 1.200 comentarios, alrededor del 12 %, fueron finalmente útiles.

Aunque los usuarios no identifican la especie exacta, se estima que la mayoría de los avistamientos corresponden a Pelagia noctiluca, la medusa luminosa más común del Mediterráneo. En paralelo, recopilaron variables ambientales de alta resolución de esta zona del litoral procedentes de la plataforma satelital europea Copernicus, como la temperatura del mar, la salinidad, la productividad biológica o la dirección de las corrientes marinas.

A través de la app Infomedusa, cualquier persona puede comunicar la presencia de estos ejemplares en alguna playa andaluza.

Ambos datos se cruzaron usando MaxEnt, un modelo estadístico avanzado basado en lo que se conoce como principio de máxima entropía. “Dada la situación ambiental donde se registra una presencia, el modelo aprende cuales son las condiciones idóneas para que se produzca y lo extrapola a aquellos puntos donde detecta condiciones similares. El resultado es un mapa que indica los puntos calientes con probabilidad de medusas”, detalla Castro. 

La herramienta emplea únicamente datos de presencia, pero los expertos aprovecharon los registros de ausencia para cruzarlos con las zonas donde MaxEnt predecía baja probabilidad de medusas. Donde ambas coincidían, se consideró una validación a la inversa.

Principales hallazgos

De esta forma comprobaron que la variable más determinante para anticipar la presencia de medusas en verano fue la profundidad de la capa de mezcla en abril. Cuando es más somera y estable, favorece las condiciones para que aumente el alimento disponible y se creen entornos propicios para su reproducción y supervivencia. 

Entre las variables secundarias destaca la producción primaria neta, que representa la cantidad de carbono que el fitoplancton transforma en biomasa disponible como alimento. También observaron relaciones relevantes con la salinidad del agua, asociada a la estabilidad de la columna y a la supervivencia de las medusas, y con la dirección de las corrientes marinas, que podría influir en el transporte físico de los ejemplares desde zonas de reproducción hasta áreas costeras.  

Aunque el análisis se centró en una sola temporada, los resultados permiten identificar patrones relevantes y sentar las bases para el desarrollo de herramientas de predicción. “Con mayor participación de colectivos como servicios de socorrismo, protección civil o incluso pescadores, y un uso continuado durante todo el año, podríamos evaluar la variabilidad interanual y ofrecer un pronóstico, al menos del verano siguiente”, apunta el experto.

El estudio ha sido posible gracias al acuerdo de colaboración entre la Universidad de Huelva y la Fundación Aula del Mar Mediterráneo de Málaga, que permite el uso de la app Infomedusa para llevar a cabo investigaciones científicas.

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